viernes, 14 de diciembre de 2007

La precisión del verbo en el periodismo moderno.

Por Raúl Germán B.
Raulgerman78@yahoo.es

SANTO DOMINGO OESTE.- Entre las cualidades que debe tener la noticia se habla, siempre, acerca de la precisión en su redacción.

Esta “precisión” no se alcanzará nunca si los redactores, comunicadores y periodistas no identificamos, mediante un proceso de investigación, cada elemento semántico que se le atribuye a la “precisión”.

Lo que recomendaremos, para ser más precisos, es, en primer lugar, la utilización del verbo adecuado en cada caso; en cada contexto.

Ahora, en los medios, "todo se hace", "se lleva a cabo" (no sé cuando se llevará a sargento), tiene lugar, entre otras expresiones que no permiten que esa llamada “precisión periodística” entre en acción.

Analicemos lo que dicen los expertos, no yo:


a) verbo haber.

El profesor Fernando Díez Losada, en su obra Lenguaje y Periodismo, expone que el verbo haber, por su uso e importancia encabeza la lista de verbos en nuestro idioma, aún cuando haya perdido prácticamente el significado de TENER de su étimo latino HABERE, que conservan los cognados (emparentado morfológica mente) de otros idiomas modernos (avoir, to have…).

En castellano, la función básica de de haber es la auxiliar en la formación de los tiempos compuestos. En este contexto es lícito el uso de cualquier forma (tiempo y persona) del verbo: habían estado enfermo. Tan pronto como lo hubieron escuchado…Dios quiera que hayan llegado a tiempo. Nunca lo hubiéramos creído…

Pero, además de esta función básica auxiliar, haber puede emplearse con significado propio con el sentido de suceder, ocurrir, presentarse, estar, hallarse, existir…En estos casos -reitera el autor-, el verbo haber es impersonal (carece de sujeto) y unipersonal (se usa solamente en la tercera persona del singular): Había mucha gente en el estadio. Había muchas personas en la casa. Hubo una pelea en la calle. Aquel año hubo grandes acontecimiento. Pronto habrá paz. Pronto habrá buenas noticias. En todos estos casos, la única persona que legítimamente puede usarse es la es la tercera del singular, independientemente de que el complemento (gente, personas, pelea, acontecimientos, paz, noticias) sea singular o plural.

Se consideran, por tanto vulgares, expresiones (muy comunes, por cierto) como habían muchas personas en la casa; aquel año hubieron grandes acontecimiento; pronto habrán buenas noticias.

Acerca del mismo verbo, la Fundación del Español Urgente (FUNDÉU), en su análisis diario a los medios de comunicación advierte acerca del uso incorrecto que se le da a este verbo en sus formas compuestas e impersonal (unipersonal).

Exponen: “Cuando el verbo HABER aparece en sus formas compuestas sólo pueden usarse las terceras personas del singular (ha habido, había habido, hubo habido, habrá habido, habría habido, haya habido, hubiera o hubiese habido, hubiere habido”.

Avanzan: “De esta forma no se podrá decir han habido varios fuegos estos últimos días o habían habido otros motivos para hacerlo, sino ha habido varios fuegos…O había habido…Cuando el verbo haber se usa como impersonal (unipersonal) e indica la presencia o existencia de de varias personas o cosas nunca debe usarse en plural porque el sustantivo que sigue el verbo HABER no tiene el papel de sujeto y, por tanto, aunque ese sustantivo sea plural, el verbo no tiene por qué serlo”.

Agregan: “De esta forma se dirá hubo grandes lluvias o habrá grandes sorpresas y no hubieron grandes lluvias y habrán grandes sorpresas. La tercera persona del singular (ha) adopta la forma hay: Hay mucha gente.

b) Verbo deber.

El verbo deber tiene dos usos muy diferentes en nuestro idioma. Por un lado, denota obligación, necesidad moral. Así, cuando se dice: “Debemos cumplir las leyes.” “Debo llegar puntualmente a la cita.”

En otro sentido, deber expresa suposición o probabilidad. Como en los siguientes ejemplos: No debe de haber nadie en la casa.” (Manifiesto mi suposición –dice Díez Losada- o la probabilidad – y no la obligación- de una casa sin ocupantes.) “Está anocheciendo: deben de ser más de las siete.” (Se indica suposición o probabilidad acerca de la hora; no, desde luego, obligación.)

Como se deduce de los casos anteriores, deber con significado de obligación va seguido siempre de un infinitivo sin la preposición de. En los ejemplos: “Para aprobar el curso, debe de estudiar”; “El progreso debemos de pagarlos”, la preposición de está mal empleada y es preciso eliminarla. Por el contrario en, “Debe estar loco si piensa de esa forma” y “Ese automóvil debe haber costado una fortuna” es necesario colocar la preposición de continuación de debe. Ello, por cuanto, en uno y otro caso, se entiende claramente probabilidad o supuesto, no obligación.

c) Verbo agredir.

De acuerdo con el diccionario académico (dice Díez Losada), agresivo se dice de lo que implica provocación y ataque. El verbo agredir (al igual que aggredi en latín) tuvo siempre, prácticamente, un sentido de ataque y violencia. El DRAE define, muy claramente, el sustantivo agresión como “acto de acometer a alguno para matarlo, herirlo o hacerle daño, especialmente sin justificación”. Se acepta, a lo sumo, un sentido figurado, pasando por el campo físico al moral o legal, en la acepción “acto contrario al derecho de otro”.

La lengua inglesa, por su parte, tomó también del latín sus vocablos aggress, aggressive, pero aportó un nuevo sentido figurado, que ennoblece y transforma el contenido de violencia de los vocablos originales. En efecto, los ingleses llaman aggressive, además de lo que comprende el cognado español agresivo, al individuo activo, animoso, audaz, dinámico; al hombre de acción, de empuje, de iniciativas y de empresa.

No es este, desde luego, el contenido semántico del agresivo castellano, por muy grande que sea el viraje figurativo que queramos imprimirle. Por eso concordamos -expresa el autor- con la advertencia del académico Manuel Seco (Diccionario de dudas): “El usar en nuestro idioma…el adjetivo agresivo con el valor de activo, dinámico o emprendedor…no es recomendable.” Y el Manual de español urgente, de la agencia Efe, aconseja igualmente: “Evítese la acepción inglesa (una agresiva campaña de publicidad; un vendedor agresivo). Como vemos, tenemos en español varias opciones que sustituyen al agresivo ese: “al individuo activo, animoso, audaz, dinámico; al hombre de acción, de empuje, de iniciativas y de empresa.”


d) Verbo lucir.

Este verbo pertenece a la familia léxica de LUZ, revela Díez Losada. Su significado normal, es, por consiguiente, el de brillar, resplandecer: “Las estrellas lucen en el firmamento.”. En sentido figurado y en forma pronominal o reflexiva (lucirse) se aplica a quien sobresale, triunfa o actúa brillantemente en su empeño: “Pedro se lució en los exámenes.” A veces se utiliza con un matiz irónico: “!Pues sí que me he lucido!”

Resulta que el verbo inglés TO LOOK (con una pronunciación luc similar a lucir, aunque no tienen absolutamente ninguna relación de origen) significa, entre muchas cosas, parecer, aparentar, mostrarse, verse…Como en los siguientes casos: “He looks frightened” se ve, parece, aparenta estar asustado); “Mary looked very tired” (María parecía, se veía, se mostraba, aparentaba estar muy cansada). La influencia del inglés creó, entonces, una acepción de lucir similar a TO LOOK: “El enfermo luce bien esta mañana”; “Pedro lucía asustado”; “Me luce que las cosas van mal”.

Este empleo anglicado de lucir se propagó ampliamente sobretodo en América. Consecuencia: el Diccionario manual de la Academia (1989) propone ya (aunque de modo provisional y sólo como americanismo) esta nueva acepción de lucir: “Tener una persona muy buen aspecto”.

e) Verbo abusar.

El verbo abusar (compuesto de usar con el prefijo ab) es intransitivo y rige la preposición de. Se abusa de alguien o de algo; no se abusa a alguien o a algo. Uso correcto: “No debemos abusar de los demás”; “Abusan del alcohol”.

En este ejemplo (muy común en los medios): “…aprovechaba que las menores estaban solas en la casa donde vivían para abusarlas” debió escribirse: “Aprovechaba que las menores estaban solas en la casa donde vivían para abusar de ellas.”

f) Verbo enfrentar.

El verbo enfrentar tiene el sentido de poner frente a frente, indisponer, hacer enemigas a dos o más personas. Por ejemplo: “El testamento enfrentó a los miembros de la familia (familiares, mejor)”; es decir, los indispuso, los hizo discutir, los enemistó…

También posee el significado (registrado por el DRAE) de afrontar o encarar (una situación, un peligro, una crisis): “El gobierno no enfrenta adecuadamente la crisis económica.”

Cuando se trata de expresar que dos personas o equipos realizarán algún tipo de competición o encuentro deportivo, debe usarse la forma pronominal enfrentarse, que rige la preposición con (no /A/).

En este ejemplo: “…Costa Rica enfrentará a los jamaiquinos…” debió escribirse: “Costa Rica se enfrentará con los jamaiquinos…” Tal como apareció la frase en comentario, se dijo, en realidad, que Costa Rica pondrá a pelear entre sí a los jamaiquinos (?)

g) Los verbos ser, estar, encontrarse, haber (empleados como impersonal, unipersonal) y tener son “verbos frecuentes”, es decir, verbos fáciles- explica Gonzalo Martín Vivaldi en su Curso de Redacción-, de amplia significación, y a los que se recurre fácilmente cuando se escribe a vuela pluma.

Dichos verbos pueden ser reemplazados por un verbo intransitivo o pronominal que sea más expresivo. Así, en vez de escribir: En el tejado de la casa hay (se encuentra) una bandera, conviene decir: En el tejado de la casa ondea una bandera. En vez de escribir: En el cielo hay (está) el sol por: En el cielo azul brilla o resplandece el sol.

1) En la lista de candidatos está (se encuentra) usted. Mejor: En la lista de candidatos figura usted.
2) En este pueblo hay cuatro escuelas. Mejor: En este pueblo construyeron, fabricaron, edificaron cuatro escuelas.
3) Sobre el césped se encuentran los rayos de la luna. Mejor: Sobre el césped resplandecen, brillan los rayos de la luna.
4) En las arrugas de su frente hay honda preocupación. En las arrugas de su frente se refleja…

h) El verbo tener es otro de de los verbos fáciles, incoloros, que dan a la frase sentido vago, impreciso, añade el autor. Conviene, pues, sustituir dicho verbo por otro transitivo más preciso, siempre que la sustitución no resulte rebuscada ni pedante, concluye.

1) Tener el último puesto, por ocupar el último puesto.
2) Tener muchos dolores, por padecer muchos dolores.
3) Tener un lenguaje (vocabulario) correcto por expresar un vocabulario correcto.

I) El verbo hacer es tan amplio y tan “incoloro” -amplía Vivaldi-, se ha introducido en el habla popular y en la escritura con profusión (abundancia) peligrosa para la pureza del idioma. Hoy se hace todo. Así, se dice corrientemente: “hacer música”, por “escribir o componer música”; “hacer un viaje”, por “viajar”; “hacer un proyecto”, por “formar un proyecto”, etc. Su empleo, en muchas ocasiones, es de influencia francesa o inglesa. Los anglosajones abusan mucho de los verbos “TO MAKE” y “TO DO” (hacer). Ejemplo: to make a law (hacer una ley).

En el Diccionario de Incorrecciones de lenguaje, de A. Santamaría, se recoge una lista de locuciones con el verbo hacer, entre las que se citan: hacer honor, honrar; hacer maravillas, por obrar maravillas; hacer una mala pasada, por jugar una mala pasada; hacer milagros, por obrar milagros; hacerse ilusiones, por forjarse ilusiones…

Como regla general –pero no absoluta, dice el autor,- que pudiera servirnos de guía en lo que se refiere al empleo correcto del verbo hacer, se nos ocurre lo siguiente:

Emplearemos correctamente el verbo hacer siempre que nos refiramos a una acción manual, de manipulación o artesanía. Así, podemos decir: hacer una mesa, hacer bolas de miga de pan, hacer un bizcocho. El artesano hace figuras de barro para un Nacimiento, pero el escultor no hace, sino que esculpe o moldea una estatua.

j) El verbo poner se puede reemplazar por otros (a juicio del autor), siempre que estos verbos den más precisión a la frase. Ejemplo: Luis puso varias palabras. Podemos decir, con más precisión: Luis escribió varias palabras.

Ciertos grupos formados por el verbo poner, más una preposición y un sustantivo, pueden ser reemplazados ventajosamente por una sola palabra, un verbo sustantivo.

Ejemplo: Juan puso en orden sus libros. Pude decirse con más precisión: Juan ordenó sus libros. Sin embargo, no conviene abusar de este procedimiento, ya que muchas veces no son sinónimos la perífrasis y el verbo correspondiente.

k) Los verbos decir y ver son otros dos verbos fáciles de los que se abusa y que, con un poco de atención por parte del que escribe, pueden (deben) ser sustituidos por otros verbos más precisos. Así, por ejemplo, en lugar de escribir: Decir un soneto, estará mejor: Recitar un soneto; y en vez de vea usted mismo, queda mejor: Juzgue usted por sí mismo.

l) El verbo producir se ha convertido en la muletilla verbal que invade nuestro cada día más monótono y empobrecido lenguaje (lengua), asevera Vivaldi. Hoy todo es producir: se producen declaraciones, se producen actitudes, se producen gestos, se producen…ayer se produjeron dieciséis muertos…La inundación produjo grandes pérdidas en la cosecha…correcta: La inundación ocasionó…Las declaraciones del Presidente del Gobierno produjeron gran disgusto…correcto: las declaraciones…causaron…

j) El verbo implementar.

Implementar viene del anglosajón implement el que se coló en nuestro idioma para designar acontecimientos, los cuales tienen su definición en español. Leemos en los medios “El Gobierno implementará esa medida…”; “El Gobierno ejecutará, establecerá, instaurará…En nuestro idioma tenemos siempre un sustituto que es más preciso que el implement.

Los profesores peruanos Eduardo Quirós Sánchez, Ricardo Vera Leyva y Carlos Gonzales Moreno, en su libro Manual de Redacción Periodística plantean lo siguiente:

“También los periodistas acudimos, acaso por facilidad, sin ningún esfuerzo mental, a lo que nos viene como por tradición, al uso de la expresión LLEVARSE A CABO que se conjuga en cualquier tiempo, modo y persona.

Para el periodista que redacta con mucha ligereza, se lleva a cabo una actuación, un partido de fútbol, una conferencia, una juramentación, un mitin, una sesión, una comida; realmente todo. Construcciones con tal recurso se leen con mucha frecuencia en los diarios y se escuchan en la radio y la televisión”.

Como si fuera gemelo en su significado -agregan los autores-, existe el equivalente TENER LUGAR, debido a qué, con un criterio simplista, todo hecho ocurre o tiene lugar (se realiza) en un espacio y un tiempo determinados.

En lugar de escribir –aseguran los autores- que el partido SE LLEVÓ A CABO o TUVO LUGAR en el Estadio Nacional, podríamos anotar, concluyen los autores, (redactar) que se jugó, disputó, dirimió, etcétera.

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