Por Raúl Germán Bautista.
rmailto:raulgerman78@yahoo.es
SANTO DOMINGO OESTE.- Uno de los grandes desafíos entre los estudiantes está en utilizar, de forma correcta, los signos de puntuación.
Aunque los hemos usado toda la vida, pocos conocen sus funciones exactas. Esto se ve, con mayor frecuencia, entre los redactores en los medios de comunicación.
No está demás que les demos una repasada, entre todos, para superar cualquier duda que pudiese haber. En este trabajo, solamente escribiremos acerca de las comas. Del libro Morfosintaxis Hispánica, de Carlisle González Tapia, el Manual de estilo de la agencia EFE y del Curso de Redacción de Gonzalo Martín Vivaldi extraemos lo siguiente:
La coma.
La coma (,) suele indicar una pequeña pausa que se hace al hablar y que exige el sentido. De ahí que, para colocar las comas correctamente, convenga releer el escrito fijándose en esas pausas breves. Tales pausas suelen coincidir con el final de entidades gramaticales bien definidas, lo cual permite formular algunas reglas de validez general. He aquí las principales. Se separan con comas:
a) Los elementos de una serie de palabras o de grupos de palabras, incluso, oraciones de idéntica función gramatical, cuando no van unidas por conjunción.
Los obreros, los empresarios, el gobierno están de acuerdo en ello.
b) Los vocativos:
Presidente, ¿qué opina de la situación económica?
¿Qué opina, señor Ministro, de las perspectivas del Euro?
c) Los incisos que irrumpen el curso de la oración:
El partido, que fue vibrante, acabó en goleada.
En octubre, aseguran los rumores, habrá crisis.
d) Las locuciones y adverbios sin embargo, efectivamente, en realidad, con todo, por ejemplo, en primer lugar, por último, esto es, es decir, por consiguiente, no obstante, pero, empero, etc.
Yo, naturalmente, me negué a aquella indignidad.
La luz, sin embargo, permaneció encendida.
Estaba allí, efectivamente.
e) Se escribe coma, igualmente, detrás de una oración subordinada circunstancial cuando precede a la principal:
Cuando viene, se aloja en ese hotel.
Para no olvidarme, hice un nudo en el pañuelo.
f) Se pone coma en la aposición nominal explicativa, lo mismo vale para la aposición adjetival:
Indignado, el alcalde salió de la sala.
El diputado, firme en su enmienda, insistió una y otra vez.
g) La coma aparece en lugar de un verbo que se omite por ser el mismo de la oración anterior o por sobreentenderse.
El presidente asistió a los toros; el ministro, a un concierto.
El presidente, con la oposición.
h) La coma no debe separar el sujeto y el predicado, a no ser que haya un inciso:
Un tren, procedente de Barcelona, chocó con otro que estaba detenido en Sitges.
i) El orden lógico de la oración no admite coma, a menos que se altere ese orden, S+P+OD+OI+MC (sujeto, predicado, objeto directo, objeto indirecto y modificador circunstancial):
1-El Plan Educativo del gobierno ha constituido un fraude para la sociedad en estos momentos. (Crlisle González Tapia).
2-En estos momentos, el Plan Educativo del gobierno ha constituido un fraude para la sociedad.
3-El Plan Educativo del gobierno, en estos momentos, ha constituido un fraude para la sociedad.
4- El Plan Educativo del gobierno ha constituido, en estos momentos, un fraude para la sociedad.
j) Nunca debe ponerse coma delante o detrás de la conjunción completiva /QUE/, a no ser que haya un inciso:
El entrenador dijo que ya tenía organizado el equipo.
El entrenador dijo que, en caso de que no se recuperara Pepe, entraría Juan.
k) Se pone coma en los casos que la /Y/ no tiene valor copulativo:
1-Unos chillaban, otros gesticulaban con violencia, y (por tanto) no pude enterarme de nada.
2-A Pedro le gustaba el trabajo, y el ocio lo consideraba absurdo. En este caso, según plantea Gonzalo Martín Vivaldi, la coma se ha puesto para precisar el sentido, sin este signo, parecería que “A Pedro la gustaba el trabajo y el ocio”.
l) El mismo autor agrega que es imprescindible poner la coma después del vocativo. Así, no tiene el mismo sentido decir:
“Juan entra en seguida” –aquí afirmamos que Juan entra-, que escribir: “Juan, entra en seguida”. En este caso llamamos a Juan –vocativo- diciéndole que entre. Es interesante aclarar que no es lo mismo, añade Vivaldi, los términos explicativos y determinativos. Para el autor no es lo mismo escribir: “El piloto mareado no pudo dominar el avión”, que “El piloto, mareado, no pudo dominar el avión”. En el primer caso determinamos cuál era el piloto que no pudo dominar el avión, decimos cuál de los pilotos era. En el segundo caso explicamos, con un inciso, entre comas, que el piloto no pudo dominar el avión porque estaba mareado.
La coma puede cambiar el significado entero, según el Diccionario de Español Urgente, de una oración: no es lo mismo decir El hijo que vive en Buenos Aires no pudo venir (se entiende que hay más de un hijo), que El hijo, que vive en Buenos Aires, no pudo venir (se entiende que solamente hay un hijo).
Se plantea la duda, refiere en mismo texto, sobre el uso de la coma en frases como estas: El presidente de Rusia Putin viajará mañana a España.
En este tipo de frases, en las que el nombre es una aposición explicativa que amplía el significado del sustantivo anterior, son necesarias las comas, pues si no las ponemos, cambiamos el significado de la frase. Si decimos: El presidente de la República Dominicana Leonel Fernández viajará mañana a España, sin comas, estamos dando a entender que en la República Dominicana hay varios presidentes y uno de ellos, que se llama Leonel Fernández, es el que viajará a España.
En cambio, en la frase con comas: El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, viajará mañana a España, lo que entendemos es que en la República Dominicana hay un solo presidente, que se llama Leonel Fernández. Las comas tienen, también, un valor semántico.
rmailto:raulgerman78@yahoo.es
SANTO DOMINGO OESTE.- Uno de los grandes desafíos entre los estudiantes está en utilizar, de forma correcta, los signos de puntuación.
Aunque los hemos usado toda la vida, pocos conocen sus funciones exactas. Esto se ve, con mayor frecuencia, entre los redactores en los medios de comunicación.
No está demás que les demos una repasada, entre todos, para superar cualquier duda que pudiese haber. En este trabajo, solamente escribiremos acerca de las comas. Del libro Morfosintaxis Hispánica, de Carlisle González Tapia, el Manual de estilo de la agencia EFE y del Curso de Redacción de Gonzalo Martín Vivaldi extraemos lo siguiente:
La coma.
La coma (,) suele indicar una pequeña pausa que se hace al hablar y que exige el sentido. De ahí que, para colocar las comas correctamente, convenga releer el escrito fijándose en esas pausas breves. Tales pausas suelen coincidir con el final de entidades gramaticales bien definidas, lo cual permite formular algunas reglas de validez general. He aquí las principales. Se separan con comas:
a) Los elementos de una serie de palabras o de grupos de palabras, incluso, oraciones de idéntica función gramatical, cuando no van unidas por conjunción.
Los obreros, los empresarios, el gobierno están de acuerdo en ello.
b) Los vocativos:
Presidente, ¿qué opina de la situación económica?
¿Qué opina, señor Ministro, de las perspectivas del Euro?
c) Los incisos que irrumpen el curso de la oración:
El partido, que fue vibrante, acabó en goleada.
En octubre, aseguran los rumores, habrá crisis.
d) Las locuciones y adverbios sin embargo, efectivamente, en realidad, con todo, por ejemplo, en primer lugar, por último, esto es, es decir, por consiguiente, no obstante, pero, empero, etc.
Yo, naturalmente, me negué a aquella indignidad.
La luz, sin embargo, permaneció encendida.
Estaba allí, efectivamente.
e) Se escribe coma, igualmente, detrás de una oración subordinada circunstancial cuando precede a la principal:
Cuando viene, se aloja en ese hotel.
Para no olvidarme, hice un nudo en el pañuelo.
f) Se pone coma en la aposición nominal explicativa, lo mismo vale para la aposición adjetival:
Indignado, el alcalde salió de la sala.
El diputado, firme en su enmienda, insistió una y otra vez.
g) La coma aparece en lugar de un verbo que se omite por ser el mismo de la oración anterior o por sobreentenderse.
El presidente asistió a los toros; el ministro, a un concierto.
El presidente, con la oposición.
h) La coma no debe separar el sujeto y el predicado, a no ser que haya un inciso:
Un tren, procedente de Barcelona, chocó con otro que estaba detenido en Sitges.
i) El orden lógico de la oración no admite coma, a menos que se altere ese orden, S+P+OD+OI+MC (sujeto, predicado, objeto directo, objeto indirecto y modificador circunstancial):
1-El Plan Educativo del gobierno ha constituido un fraude para la sociedad en estos momentos. (Crlisle González Tapia).
2-En estos momentos, el Plan Educativo del gobierno ha constituido un fraude para la sociedad.
3-El Plan Educativo del gobierno, en estos momentos, ha constituido un fraude para la sociedad.
4- El Plan Educativo del gobierno ha constituido, en estos momentos, un fraude para la sociedad.
j) Nunca debe ponerse coma delante o detrás de la conjunción completiva /QUE/, a no ser que haya un inciso:
El entrenador dijo que ya tenía organizado el equipo.
El entrenador dijo que, en caso de que no se recuperara Pepe, entraría Juan.
k) Se pone coma en los casos que la /Y/ no tiene valor copulativo:
1-Unos chillaban, otros gesticulaban con violencia, y (por tanto) no pude enterarme de nada.
2-A Pedro le gustaba el trabajo, y el ocio lo consideraba absurdo. En este caso, según plantea Gonzalo Martín Vivaldi, la coma se ha puesto para precisar el sentido, sin este signo, parecería que “A Pedro la gustaba el trabajo y el ocio”.
l) El mismo autor agrega que es imprescindible poner la coma después del vocativo. Así, no tiene el mismo sentido decir:
“Juan entra en seguida” –aquí afirmamos que Juan entra-, que escribir: “Juan, entra en seguida”. En este caso llamamos a Juan –vocativo- diciéndole que entre. Es interesante aclarar que no es lo mismo, añade Vivaldi, los términos explicativos y determinativos. Para el autor no es lo mismo escribir: “El piloto mareado no pudo dominar el avión”, que “El piloto, mareado, no pudo dominar el avión”. En el primer caso determinamos cuál era el piloto que no pudo dominar el avión, decimos cuál de los pilotos era. En el segundo caso explicamos, con un inciso, entre comas, que el piloto no pudo dominar el avión porque estaba mareado.
La coma puede cambiar el significado entero, según el Diccionario de Español Urgente, de una oración: no es lo mismo decir El hijo que vive en Buenos Aires no pudo venir (se entiende que hay más de un hijo), que El hijo, que vive en Buenos Aires, no pudo venir (se entiende que solamente hay un hijo).
Se plantea la duda, refiere en mismo texto, sobre el uso de la coma en frases como estas: El presidente de Rusia Putin viajará mañana a España.
En este tipo de frases, en las que el nombre es una aposición explicativa que amplía el significado del sustantivo anterior, son necesarias las comas, pues si no las ponemos, cambiamos el significado de la frase. Si decimos: El presidente de la República Dominicana Leonel Fernández viajará mañana a España, sin comas, estamos dando a entender que en la República Dominicana hay varios presidentes y uno de ellos, que se llama Leonel Fernández, es el que viajará a España.
En cambio, en la frase con comas: El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, viajará mañana a España, lo que entendemos es que en la República Dominicana hay un solo presidente, que se llama Leonel Fernández. Las comas tienen, también, un valor semántico.
1 comentario:
Los felicito por escribir articulos tan util como estos; ya que son necesarios para aprender a escribir y hablar correctamente. opino que es muy acertada su eleccion de los libros del prof. Carlisle G. Tapia como fuenters de informacion sobre estos temas ya que es un excelente linguista y conocedor de todo lo que tiene que ver con la lengua hispanica. Tuve la dicha de ser su slumna en la universidad. Attt. Asia M. Fernandez.
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