miércoles, 10 de octubre de 2012

Wayta Apu en la escuelita rural de Huashcao. Pasión Andina, Raúl Germán


"Huashcao en el guardián de la cumbre más alta y hermosa que tiene el Perú, el nevado Huascarán. Desde allí se divisan los atardeceres más encantadores que ser humano haya podido ver. Estar en Huashcao es estar en contacto con lo más puro de la naturaleza.

Parecía increíble, pero lo cierto es que el “profesor” golpeaba y castigaba de la manera más brutal a cualquier alumno que, según él, “tenga la osadía de hablar en quechua”.

La escuelita se había convertido en la casa del terror para esos alumnos; más que horas de clases, eran momentos de sobresalto. El correcto proceso enseñanza-aprendizaje se había lanzado al tacho (zafacón)...".

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