“…El único pasaporte que hay para ir al
cielo será besar tus labios”, suspiró Marino una y otra vez frente a su amada.
Ella contestó: “verdaderamente, lo único que me mantuvo viva, y me hace, y me
hará luchar en contra de cualquier adversidad, es el amor que me expresas y el
que estoy comenzando a sentir por ti; amor que no respeta, ni respetará,
fronteras ni razas…”
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