“...Tronaba tan fuerte que parecía un concierto de fuegos artificiales; aparentaba que el cielo deseaba decir algo; y quizá Wayta Apu, la flor del cerro, esperaba que su eterna consejera, la propia Pachamama, madre tierra, le diera aunque fuese una sola respuesta a todas sus incógnitas, muchas de las cuales la conducían a la frustración.
Era de tardecita, pero parecía de noche; no se podía ver a una persona, así estuviese a medio metro de distancia; aparentaba que el cielo estaba pinchado, que se reeditaría el Diluvio Universal.
La tierra mojada tenía un olor único, un olor a tierra encantada; capaz de cautivar a cualquier mortal. Se sentía la presencia de un ser sobrenatural, de una energía invisible...”.
Era de tardecita, pero parecía de noche; no se podía ver a una persona, así estuviese a medio metro de distancia; aparentaba que el cielo estaba pinchado, que se reeditaría el Diluvio Universal.
La tierra mojada tenía un olor único, un olor a tierra encantada; capaz de cautivar a cualquier mortal. Se sentía la presencia de un ser sobrenatural, de una energía invisible...”.
3 comentarios:
Me encanta, felicidades.Dicen que las mujeres de mi tierra somos brujitas, pues entonces esta brujita te desea muchos éxitos y espera que el primer libro autografiado sea el mio y con una dedicatoria especial ;). Besos.
Gracias, mi estimada Evelyn, este es un aporte, de los muchos que hay, que dejaré a la cultura peruana. Áncash es una gran región, su gente es buena, es muy lindo escuchar como ellos hablan el quechua, a mí me fascina…que Dios te bendiga.
Waooo, uno se transporta hasta ese lugar, ya deseo ir allá...pero que no me atrape ese ser sobrenatural
María
Publicar un comentario